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Cada vez son más las empresas que apuestan por implementar acciones orientadas hacia una economía circular, ya sea con la reutilización o reciclaje de sus materiales o desarrollando procesos que permitan que estos tengan mayor tiempo de vida útil. Casos de éxito, como el de la empresa Algramo, nos orientan sobre algunas acciones que se pueden implementar para lograrlo.

Uno de los sectores que más retos ha enfrentado es el del empaquetado, pues se estima que los envases, principalmente de comestibles, constituyen una parte importante de los residuos acumulados en el medio ambiente, al grado que algunos especialistas señalan que en los últimos 70 años se han producido y acumulado más de 8.3 mil millones de toneladas de plásticos y residuos tóxicos tanto en tierra como en agua.

Ante esta situación, las empresas de empacado y embalaje han iniciado una búsqueda para desarrollar una solución que sea efectiva, sustentable pero sostenible económicamente, es decir, que su gasto de producción no encarezca al producto y perjudique al consumidor final.

1. Estaciones de refill

Una de las estrategias que empresas como la firma de origen chileno Algramo ha creado es el modelo de recarga y reúso de envases, que consiste en la colocación de estaciones de refill de productos de limpieza o de alimentos.

Ha sido tal su impacto que grandes cadenas como Walmart han realizado pruebas piloto en importantes sucursales en Estados Unidos. “Presentamos este piloto, que tenía como objetivo validar la operación, no ser una complejidad desde el punto de vista operativo ni logístico, y validar las máquinas, o sea, que la experiencia del usuario sea fácil, sea cómoda y que no dependa de otras personas para ser operadas”, explicó Amin Guenim, vicepresidente de Nuevos Negocios de Algramo durante la charla “Economía Circular: Casos poderosos de Latinoamérica”.

Este piloto se realizó previo a la pandemia y se basó en categorías de productos de aseo del hogar, además contó con incentivos económicos para atraer a más consumidores, como un costo 10% menor en comparación con el mismo producto en el anaquel.

El primer envase se vendía al costo, para que posteriormente el consumidor lo llevara y pudiera comprar y pagar en caja, esto durante la primera etapa, pues posteriormente se busca utilizar una app a través de la que se pueda solicitar la recarga y realizar el pago con un dispositivo móvil, creando una solución integral.

2. Calidad asegurada

De acuerdo con Guenim, otro de los factores clave de su modelo es asegurar ante la marca y el consumidor que la calidad del producto será la misma que la que tienen los productos en envases de un solo uso

Para reforzar este punto, las estaciones piloto de la firma chilena cuentan con una trazabilidad completa, tanto de la marca como del consumidor final, es decir, muestran la información del día, la hora, la fecha, el número de lote de producción y la fecha de vencimiento del producto, mientras que en el caso del consumidor, este recibirá vía e-mail un control de las transacciones o cancelaciones realizadas.

3. IIOT en la Economía Circular

El Internet Industrial de las Cosas también está presente en este modelo, tanto para el consumidor como para la marca, ya sea a través de la información que se genera en la aplicación o en los dispensadores, con los cuales se busca crear una experiencia grata en la compra circular.

Esta preferencia en la compra le permite a las marcas generar data, pues la aplicación brinda información con los registros de cada consumidor, lo que posteriormente se utiliza para capacitar y certificar a los operadores para que sean capaces de dar mantenimiento, reparación y sanitización a las estaciones de refill.

De acuerdo con Amin Guenim, es importante que las empresas se atrevan a implementar nuevas tecnologías en sus procesos de economía circular, y utilizarla como un mecanismo capaz de generar un impacto social y medioambiental.